martes, 30 de marzo de 2010

LA CIUDAD DE LOS HOMBRES LAGARTO


A principios de 1934, "Los Angeles Times" publicaba un extraño reportaje, producto de la investigación de uno de sus periodistas: Jean Bosquet.
La nota, que se anunciaba dentro de las noticias de primera plana, trataba sobre el descubrimiento de una enorme construcción subterránea bajo un ajetreado distrito de la ciudad de Los Angeles.

Siempre según el periodista, un ingeniero de minas se proponía explorar el subsuelo de la zona, del cual había logrado trazar un mapa con ayuda de la última tecnología, a fin de alcanzar los tesoros existentes en las ruinas de lo que fue la "Ciudad de los hombres-lagarto".


Comencemos esta historia desde el principio.

Según parece, 1933 no se presentó como un año demasiado bueno para la economía norteamericana.
Los efectos de la Gran Depresión eran visibles en todo USA, donde mucha gente había perdido el empleo y dependía de la caridad o ayudas estatales.

En la vida de George Warren Shufelt, ingeniero especializado en minería, esto se había traducido en menos trabajo y más tiempo libre.
Tenía ingresos que le permitían continuar su vida normal, pero ya no florecían los contratos de prospección minera o petrolera, pues los inversores no podían permitirse ser muy arriesgados.

El ingeniero no era ningún tonto, de modo que decidió ocupar su tiempo libre en dos ocupaciones que le apasionaban: por un lado, investigar y perfeccionar tecnología de prospección; por otra parte, la búsqueda de información útil en fuentes no tradicionales.



Y resultó ser que su dedicación tuvo resultados positivos muy pronto.
En el campo tecnológico, tal parece que desarrolló y puso a punto un aparato para "escanear" terreno en busca de evidencias de vetas y otras formaciones.
En su búsqueda de información valiosa, entrevistó a un anciano jefe indio que aceptó compartir con él las tradiciones orales que le habían sido relatadas a su pueblo desde tiempos inmemoriales.

De resultas de ambas cosas, puso a punto un proyecto para localizar vetas auríferas bajo la ciudad.
Pero ni bien comenzó la puesta en marcha del rastreo subterráneo, Shufelt descubrió con sorpresa lo que parecía ser una enorme red de túneles y cámaras que abarcaba gran parte del centro de la ciudad, desde la biblioteca pública hasta Mount Washington y desde Pasadena hasta la zona sudoeste.

Nada de ello encajaba en los conocimientos de Shufelt o sus ayudantes, que esperaban encontrar alguna vieja mina de los tiempos de los colonizadores, pero no una sofisticada y vasta red subterránea.
De todas formas, el ingeniero mapeó el subsuelo y volvió a informarse con su contacto indígena.
No estaba preparado para lo que escuchó.




De acuerdo a lo que le explicaron los indios más ancianos, lo que Shufelt había encontrado era el último vestigio de una raza de lagartos humanoides, que tras una catástrofe inmemorial se habían refugiado en el subsuelo, construyendo esa red de túneles utilizando medios químicos y no mecánicos.

Con el tiempo, esa extraña raza también se extinguió, quedando ese mundo subterráneo como mudo testigo de su existencia en este planeta.
De acuerdo a las tradiciones indias, los hombres-lagarto conservaban memoria de su historia y logros en tablillas de oro grabadas. Si algo habían registrado los aparatos de Shufelt como oro, no era una mina sino las bibliotecas que contenían esas tablillas.

Es en 1934 cuando Shufelt obtiene el permiso necesario para excavar un pozo de exploración y por ese motivo le entrevistó el periodista del Times.
Su grupo alcanza los 76 metros de profundidad en enero, 106 metros en febrero y de pronto, sin previo aviso, le son revocados todos los permisos.

El 5 de marzo de 1934 es rellenado el pozo de exploración por parte de empleados del Ayuntamiento.
No vuelve a hablarse del tema hasta 1947, cuando un periodista redescrubre la historia original y entrevista a un representante de la Cámara de Comercio de Los Angeles, que declara:

“Es bastante posible que ese laberinto existiera. Pero dado el actual desarrollo de proyectos -incluyendo edificios federales, estatales y del condado- hay pocas posibilidades de que futuras excavaciones puedan autorizarse“.




Y esas declaraciones fueron proféticas: nunca volvió a excavarse la zona para rastrear los hallazgos de Shufelt y su grupo.
El ingeniero, por algún motivo desconocido, se retiró de la vida pública y según parece falleció en 1957.

Sólo la ciencia-ficción retomaría con gusto las historias de esta clase.

sábado, 27 de marzo de 2010

CUANDO EL REMEDIO ES PEOR QUE LA ENFERMEDAD


Si existe una industria de la cual el común de la gente tiene tendencia a no dudar, es la farmacéutica.
Y lo mismo sucede con toda profesión u organismo vinculado con la salud.

Así es la cosa. Usted puede pensar que su contador lo está currando, que su mecánico le inventa desperfectos en el auto o que el verdulero tiene arreglada la balanza. Pero de las cuestiones sanitarias no se duda.

Sin embargo, de acuerdo a un dato suministrado por Pablito el Vejete, parece que las cosas se están poniendo moradas con las vacunas que, supuestamente, habrían de protegernos de la gripe (aviar, porcina o la próxima que venga).


La señora de la foto se llama Jane Burgermeister, es una periodista científica de origen austríaco y ha presentado denuncias en el FBI contra la Organización Mundial de la Salud, contra las mismísimas Naciones Unidas y contra varios cargos altos de diversos Estados y empresas vinculadas al sector farmacéutico.

Las acciones han seguido su curso y, según parece, ya está plenamente probado que dos empresas austríacas produjeron vacunas que, lejos de ser operativas, provocarían la gripe aviar en quien fueran inoculadas.
¿El motivo? Una pandemia puede rendir buenos dividendos a quien venda la cura.

Ya en cierta ocasión, Mariolo publicó en su sitio un post respecto al Tamiflu, un caro medicamento que fue anunciado como cura para la gripe A y, en consecuencia, fue un "éxito de ventas" en nuestro país (pueden ver el post por aquí) .
Pero las acusaciones de la Sra. Burgermeister van mucho, muchísimo más allá de lo que podría ser el intento de vender un medicamento poco fiable: sus denuncias hablan de bioterrorismo fomentado desde las máximas autoridades mundiales.



Si bien es "una píldora difícil de tragar" (valga el símil, ya que hablamos de medicamentos y vacunas), lo cierto es que los experimentos biológicos de tono genocida no son nada nuevo bajo el sol.
Pocas personas saben que el primer expediente que se trató en los juicios de Nuremberg al finalizar la Segunda Guerra Mundial, fue lo que estaba caratulado como "el caso médico" y abarcaba todos los experimentos realizados por médicos de la SS que, dentro del campo profesional, estaban muy bien reputados.

Luego llegaría el turno de descorrer el velo sobre una unidad especial del ejército japonés, que se encargaba de experimentar bacilos con prisioneros y pobladores de regiones ocupadas.
Y los años pasarían para ver cómo la CIA y la KGB pondrían su granito de arena a estas cuestiones (la CIA probó varias "cositas" en Vietnam y la KGB hizo algunos experimentos biológicos en pleno Moscú, usando como cobayos a sus compatriotas).

Por tanto, la "motivación profesional" es cosa vieja. Y si a eso le agregamos las enormes sumas de dinero que se mueven tras la industria farmacéutica, las cosas se ponen muy oscuras.
El tiempo dirá si todo está en la imaginación de una periodista o si nos enfrentamos a terribles realidades.

miércoles, 24 de marzo de 2010

EVAPORADOS


Un día de 1850 el mar se presentaba muy picado en las cercanías de Easton Beach (Rhode Island, USA).
De todas formas, un grupo de pescadores locales se encontraba trabajando cerca de la costa, cuando de pronto vieron acercarse un enorme velero.

El buque parecía dirigirse hacia los arrecifes del canal, por lo cual trataron de atraer su atención gritando y gesticulando para que cambiara de rumbo.
Y en cierto momento, fue evidente que lograron su propósito: el velero desvió su ruta y se dirigió a tierra por el angosto canal, mostrando gran pericia de la tripulación.

Tanto los pescadores como otros lugareños se dirigieron al sitio para recibir a los tripulantes y, más aún, felicitar al capitán por la maestría que acababa de mostrar en esa maniobra salvadora.



Sin embargo, para su total asombro, no había ningún ser humano a bordo.
Apenas un perro asustado, sentado en cubierta.

La recorrida del barco les deparó una siniestra sorpresa: el café hervía en la estufa de la cocina y el desayuno lucía recién servido en la mesa de la tripulación. Aún era fuerte el aroma del humo de tabaco en el lugar.

El barco era el "Seabird", al mando del capitán John Durham. Venia de Honduras, con una carga de maderas diversas y café.
La última anotación en la bitácora indicaba que habían visto el arrecife Brenton, a varias millas de tierra.

En el curso de la investigación que se realizó, se constató que un buque intercambió señales con el Seabird un par de horas antes de que arribara a la costa. Había tripulación a la vista.

Lo que pasó en esas dos horas siguientes nunca se pudo constatar.
Ni del capitán ni de su tripulación volvió a saberse nunca.

martes, 23 de marzo de 2010

UNA PRESENCIA FANTASMAL EN EL PALACIO SALVO


Inaugurado en 1928, el Palacio Salvo constituye uno de los edificios emblemáticos de Montevideo, más allá de todas las discusiones que se puedan suscitar sobre su elegancia o fealdad.

Lejos de las teorías arquitectónicas, hoy nos ocupa otra cosa: la presencia de un fantasma en ese lugar.
Avisados por Doritila, que estuvo atenta y mandó la información, nos enteramos que un periódico montevideano se ocupó de este tema hace pocos días.

No es la primera vez que el Palacio Salvo aparece vinculado con temas de índole esotérica o paranormal: yo ya conté mi experiencia personal en el post que pueden ver por aquí.
Y a su vez, ese post había surgido por una entrada de Fonzi en su blog, la cual pueden ver por aquí.
Les recomiendo especialmente esta última, porque además de contener fotos espectaculares, en ella se hace una reseña de un punto energético especial contenido en el lugar y, además, una de las fotos que tomó permite ver una imagen del fantasma (así como lo oyen).

Esta vez, según nos dice el periódico, vuelve a ser vista la presencia que los vecinos han bautizado como Don Pedro, un caballero alto y elegante que siempre lleva paraguas.

Para uno de esos vecinos, la presencia del fantasma fue sencillamente proverbial.
Un martes del año 1999, Ismael Rodríguez se dirigía a su apartamento del piso siete, cuando fue interceptado por un delincuente.
Nada era casual: el intruso sabía que todos los martes llegaba una persona que entregaba un maletín de dinero, producto de negocios en el Interior del país.

Rodríguez temió lo peor: justo ese martes, no se realizaría entrega alguna. Y el ladrón podría fácilmente desquitar su rabia con él.
Retenido por el ladrón, que esperaba ansioso el maletín que no llegaría, cavilaba sobre lo que podría suceder.  En eso, la puerta del apartamento se abrió.
Nadie entró al lugar, pero pronto pudieron ver una figura estilizada: un elegante hombre que, paraguas en mano, recorría el pasillo en ambas direcciones, una y otra vez.
El susto mayúsculo obligó a retirarse al delincuente.

El piso siete parece estar conectado con la presencia, de alguna manera.
Los porteros del edificio afirman que muchas veces el ascensor llega desde ese piso, pero completamente vacío. Y eso acontecía ya en tiempos en que no era automático.
Otros vecinos le han visto en las escaleras y, al menos en un caso, una niña que se cayó fue levantada y consolada por el extraño caballero.

El periódico también especula sobre la posible identidad del fantasma. ¿Alguno de los hermanos Salvo, quizás?
Según algunos vecinos, sería Angel Salvo la presencia que han visto. Pero claro, eso debería ser corroborado al menos con retratos de la época, para ver si tiene algún asidero.

Si las presencias fantasmales suelen estar vinculadas a hechos de sangre, Angel Salvo podría ser un candidato aceptable: cinco años después de la inauguración del Palacio Salvo, fue atropellado por un coche, manejado por un sicario contratado por su yerno.
El crimen conmovió a la opinión pública de entonces.

domingo, 21 de marzo de 2010

PALABRA DE UN EXORCISTA


Muchos años atrás, cuando el pontífice Pablo VI dijo textualmente: "El humo de Satanás se ha colado por alguna grieta en el Vaticano", dio origen a un sinfín de especulaciones.
Como suele suceder en estos casos, ante un pronunciamiento tan enorme, cada cual de los involucrados trató de arrimar agua para su molino: hubo quienes acusaron a los masones de infiltrarse en el Vaticano, hubo quienes destaparon vínculos mafiosos con la sede papal, hubo quienes hablaron de oscuros manejos financieros y así por el estilo.

El problema no era tanto que se hablara, sino que muy pronto aparecieron hechos que avalaban todos estos nexos "non sanctos" del Vaticano.
Y el tiempo, lejos de correr un manto de piadoso olvido, fue agregando más y más folios a ese terrible expediente: inversiones fantasmas, quiebras de bancos, sucesiones papales manipuladas y hasta la conveniente muerte de un Papa que se proponía "destapar la olla".

Ahora vuelve al tapete esa frase de Pablo VI, porque el padre Gabriele Amorth ha dicho algo similar: "El Demonio está trabajando desde dentro del Vaticano".


¿Y quién es Gabriele Amorth?
Por de pronto, alguien que debería saber de qué habla cuando se refiere al Demonio: Amorth fue por veinticinco años el jefe de los exorcistas en funciones, al punto que afirma haber intervenido directa o indirectamente en unos 70.000 casos de posesión demoníaca a lo largo de todos sus años como sacerdote.

Hoy en día tiene 85 años y, a juzgar por las cosas que denuncia, muy poco miedo a la muerte.
Por ejemplo, habla con total claridad de las penosas luchas de poder que tienen lugar en el Vaticano y va mucho más allá en sus dichos:

"Hay muchos cardenales que ni siquiera creen en Jesús y obispos que están vinculados al Demonio"

"Cuando se habló sobre el humo de Satanás colándose en el Vaticano, se dijo una gran verdad"

Amorth también se explayó sobre un hecho que hoy está casi olvidado: la muerte de Alois Esterman.



Alois Esterman fue un comandante de la Guardia Suiza (tropa del Vaticano), que en 1998 fue encontrado muerto a tiros, al igual que su esposa y un cabo de la Guardia llamado Cedric Tornay.

Las débiles explicaciones oficiales sobre estas muertes dejaron muchos cabos sueltos y varias señales de encubrimiento, por lo cual no convencieron ni a los familiares de los fallecidos ni a los investigadores independientes que fueron contratados por estos últimos.
Se especula que Esterman, un hombre serio que tomaba muy a pecho sus obligaciones, descubrió en el cumplimiento de sus funciones algo que no debía. Y lo pagó con su vida.
Si la señora Esterman y el cabo Tornay fueron "bajas casuales" por estar en el lugar equivocado, o si también sabían lo que Esterman descubrió, nunca se sabrá.

"Se puso en marcha un encubrimiento de los hechos en forma inmediata", dijo Amorth.

Estas opiniones fueron vertidas en un libro titulado "Memorias de un exorcista", que recoge diversas entrevistas concedidas por Amorth al periodista Marco Tosatti.
(Por supuesto, difícilmente este libro llegue a nuestro país)


No es la primera vez que Amorth realiza comentarios polémicos o inusuales sobre sucesos históricos o hechos vinculados al quehacer del Vaticano.
En el año 2001 objetó la introducción de un nuevo ritual para realizar exorcismos, al cual comparó con "el uso de una espada desafilada".
Fueran cuales fuesen los argumentos que usó a puertas cerradas sobre este tema, la cuestión es que el Vaticano decretó posteriormente que Amorth y sus ayudantes podían continuar usando el ritual tradicional si así lo deseaban.

Espero que le sirva para ahuyentar los peligros que sus declaraciones y afirmaciones podrían traerle.

viernes, 19 de marzo de 2010

EL EJERCITO FANTASMA


Puede ser que alguna vez les haya pasado: no se acuerdan dónde diablos estacionaron el auto.
Pero seguramente pensaron un poco y lo recordaron casi enseguida, ¿no?

Diferente fue el caso del ejército ruso, que este mes dejó "olvidados" por ahí unos 200 tanques T-80 operativos (es decir, armados y con combustible).

Todo el asunto empezó cuando unos pacíficos ciudadanos de un pueblo llamado Khamishlovsk se comunicaron con un periodista y afirmaron que en los bosques cercanos había docenas de tanques escondidos y semicubiertos por la nieve.




Por más que no lo dijese, es seguro que el buen periodista (de nombre Andrei Gurnob) debe haber pensado que sus paisanos se habían tomado todo el vodka que encontraron, y entonces veían desde elefantes rosados hasta tanques.

Pero el tipo, precavido al fin, accedió a presentarse en el lugar para investigar qué pasaba.
Y esto fue lo que se encontró:



Cuando pudo cerrar la boca, Andrei se aproximó al sitio (que nadie custodiaba) y empezó a sacar fotos de todo lo que veía.
Así fue que pudo constatar que eran más de doscientos los tanques situados allí, con combustible, municiones completas y demás utensilios.

Al publicarse el artículo en la prensa, el despatarro en la milicia rusa fue mayúsculo: entre desmentidos y acusaciones cruzadas, nadie ha dado una versión convincente de qué fue lo que pasó allí.

Lo que algunos periodistas rusos han podido averiguar (bajo cuerda) hasta ahora, es lo siguiente:
  • El paradero de las tripulaciones es desconocido (y estamos hablando de 600 hombres como mínimo)
  • No estaban previstas maniobras militares en la zona
  • La última versión oficial, que indica que los tanques estaban allí "a la espera de ser trasladados de una base militar a otra", es rematadamente disparatada: ningún procedimiento militar contempla el abandono de semejante cantidad de material y armamento sin custodia (además, no estaban cerca de ninguna ruta o vía férrea que facilitara el traslado).
Por lo tanto, nada se sabe a ciencia cierta.
Lo que hace aún más extraño el asunto es que, lógicamente, la llegada de doscientos tanques a las cercanías del pueblito habría sido notada claramente por sus habitantes (aunque más no sea por el ruido que debían haber hecho).
Eso sin mencionar que las tripulaciones debieron contar con medios de transporte para retirarse del lugar.

Se escuchan hipótesis.

lunes, 15 de marzo de 2010

EL MISTERIOSO CONDE DE SAINT-GERMAIN


Allá por el año 1871, se produjo un misterioso incendio en las Tullerías (París). De resultas de ese siniestro, se quemó la biblioteca personal de Napoleón III.
Había muchos volúmenes interesantes y valiosos en ella, pero tal como le confió a un amigo posteriormente, lo que más lamentaba haber perdido Napoleón III era el dossier secreto sobre el Conde de Saint-Germain.

Ese dossier reunía todo lo que la policía y el espionaje franceses habían investigado sobre el extraño conde a lo largo de muchas décadas pasadas, aún desde antes de la Revolución.
Y Napoleón III, que se interesaba mucho en los temas esotéricos, esperaba estudiarlo con tranquilidad para desentrañar su contenido.
Para ello ordenó que se le llevara todo el contenido a su biblioteca privada. Y apenas lo tuvo allí, un muy raro incendio lo hizo desaparecer para siempre.


Vaya si Napoleón III tuvo otras preocupaciones y soportó desastres a lo largo de su vida. Pero siempre lamentó esa pérdida y siempre pensó que no había sido casual.
¿Por qué? Y sobre todo, ¿qué esperaba encontrar al investigar al Conde de Saint-Germain?

Entre otras cosas, quizá, el secreto de la inmortalidad.

Se supone, aunque no se sabe a ciencia cierta, que Saint-Germain habría nacido hacia el año 1700.
Aparece en la escena de las cortes europeas hacia 1745.
Tras un pasaje por Holanda, Inglaterra y Alemania, recala en Francia hacia 1758.
¿Quien lo introduce en la corte francesa? Nada menos que Madame de Pompadour:



De todas las personas que integraban la corte, no había mejor elección para ser presentado.
Es que la Pompadour era amante del rey Luis XV desde tiempo atrás y, más que eso, contaba con su total aprobación.

Una vez en París, la fama del Conde de Saint-Germain crece a raudales. No se sabe de dónde viene su fortuna o abolengo, y él no da detalle alguno sobre su pasado.
Pero habla varios idiomas y es versado en muchos temas, al tiempo que en sus conversaciones menciona diversos hechos históricos como si los hubiera vivido en persona.

Ni bien atrajo demasiado interés sobre su persona, emprendió viaje lejos de París.
Así es como se lo ve en la corte de Catalina la Grande, donde llega a ser consejero y hasta oficial del ejército. O se lo encuentra en Leipzig, donde se presenta al príncipe Federico Augusto como masón de cuarto grado.

Finalmente, llega la noticia de su muerte en 1784 en Silesia.
Pero en 1790 le encuentran por pura casualidad el Barón von Linden y Rudolf Graffer, a los cuales les dice que se retira al Himalaya y que volverá dentro de ochenta y cinco años.
¿Sería este retorno el que deseaba presenciar Napoleón III? ¿Para eso quería estudiar el dossier?

Es muy probable, sobre todo teniendo en cuenta que a lo largo de su extensa vida y a todas las personas que le conocieron, el Conde de Saint-Germain siempre mantuvo su apariencia de un hombre entre cuarenta y cincuenta años.

De paso por Bruselas en 1765, la anciana Condesa Gergy le vio y sufrió un desmayo. Cuando volvió en sí, insistió en hablar con él y le preguntó:

"¿Puede ser que su padre viviera en Venecia a principios de siglo? Porque pese a que soy vieja, recuerdo muy bien a un conocido que tuve cincuenta años atrás en esa ciudad. Y era exactamente igual a usted."

A lo cual, Saint-Germain se limitó a contestar:

"Mi padre murió hace tantos años que es imposible que la conociera a usted, Condesa"

Y acto seguido, le dijo en voz baja unos cuantos datos y anécdotas sobre la Venecia de medio siglo atrás, que sólo podía saber quien los hubiera vivido.



Lo mismo le sucedió a un diplomático danés que lo había conocido en París y lo reencontró en Holanda veinticinco años después, sin que el Conde hubiera sufrido signo alguno del paso del tiempo.

Como sea, hay testimonios de su reaparición ya muy avanzado el siglo XIX.
Y por si esto fuera poco, en 1939 un aviador norteamericano que se estrelló en el Tibet, notó entre los monjes que le asistieron y le curaron en un monasterio, la presencia de un europeo vestido con ropas muy antiguas y que hablaba un inglés bastante arcaico.
Cuando le preguntó su nombre, el hombre le contestó:

"Soy el Conde de Saint-Germain y pronto volveré a Europa"

domingo, 7 de marzo de 2010

LA "MISION APOLO" DE LA QUE NUNCA TE HABLARON



El objeto que se ve en la foto anterior, casi al borde de un cráter lunar, sería una nave alienígena.
O por lo menos, así lo afirma William Rutledge, quien dice haber sido comandante de la Misión Apolo 20.

Vayamos por partes.

Oficialmente, las misiones Apolo de la NASA tuvieron fin con la número 17.
Seis de ellas se posaron en la superficie lunar, de la número 11 a la número 17 inclusive (con excepción del "Apollo 13", de la cual Tom Hanks nos hace toda la historia dos por tres, por desgracia).

Se supone que, después de la número 17, tres cohetes Apolo fueron usados en misiones posteriores, pero fuera del Programa Apolo y sin tener por objetivo la Luna, sino un recorrido más corto: enviar tripulaciones a la estación espacial Skylab. Y una más para la misión Apolo-Soyuz.


Sin embargo, lo que William Rutledge afirma es que el Apolo 17 tomó, entre otras, la fotografía de la nave alienígena abandonada, lo cual condujo a que las tres misiones de alunizaje posteriores fueran secretas y se realizaran en cooperación con los soviéticos.

De las tres misiones, la Apolo 18 habría orbitado la zona a fin de confirmar los datos, la Apolo 19 habría sufrido errores de telemetría que le impidieron alunizar y la Apolo 20 habría logrado lo inimaginable: obtener evidencia palpable de vida extraterrestre.

Aquí es donde todo el asunto se pone espeso.

Siempre según Rutledge, la misión se llevó a cabo con tres astronautas: una norteamericana (Leona Snyder), un ruso (Alexei Leonov) y él mismo como comandante.
Lanzada en agosto de 1976, la nave cumplió su propósito y, tras el alunizaje, se pudo llegar a la zona objetivo.
Allí encontraron la nave alienígena, de unos 150 metros de largo, abandonada según parecía desde mucho tiempo atrás, salvo por un cadáver aún conectado a lo que parecía un sistema de animación suspendida.

La exploración de la zona les permitió ubicar además restos de una estructura artificial, quizá una base abandonada.




Por supuesto, todo parece muy loco.
No tengo ningún problema para creer que, si el gobierno de USA obtuviera evidencia fotográfica de una nave alienígena en la Luna, mantendría todo en el más absoluto secreto.
Pero creo que, precisamente por su afán de secretismo, nunca permitirían que algo así saliera a la luz públicamente.

Rutledge fue entrevistado en el año 2007 por primera vez.
Afirmó tener 76 años de edad (lo cual era probable por su apariencia) y vivir en Ruanda (locación muy útil para borrar un rastro).
Para respaldar sus afirmaciones, subió fotos y videos a Internet, que han sido profusamente difundidos, analizados, atacados y también borrados.

Un equipo de periodistas italianos que investigó a fondo a Rutledge, tenia buenos contactos con un par de agencias de inteligencia que, independientemente, les aportaron la misma visión de los hechos: les dijeron que la misión había existido, pero que las fotos y videos eran falsos.

O sea, un misterio dentro del misterio.

miércoles, 3 de marzo de 2010

"BUQUE FANTASMA" SINIESTRADO EN MALDONADO


Ya saben ustedes que este blog recibe dos por tres algún dato de informantes ultrasecretos.
Esta vez se trata de un amigo que se identifica como "Marlowe" y que tuvo la gentileza de aportar el recorte de diario que ilustra el post y muchos datos al respecto.

Básicamente, Marlowe cuenta que es residente de Punta del Este y que una tarde se encontraba en las cercanías de Punta Ballena, cuando le tocó vivir una experiencia totalmente increíble.
Paseando por la costa con amigos y familiares, notó una aglomeración de personas que dirigían su vista hacia el mar.
¿Qué estaban mirando? Una espesa columna de humo que salía de un buque.

Un joven observaba con binoculares y él se los pidió prestados por un momento: alcanzó a ver un barco del tamaño de un yate grande, con un incendio de proporciones y una gran humareda. En cubierta, tres hombres agitaban sus brazos haciendo señas de auxilio hacia la costa. Marlowe recuerda perfectamente que uno de los tres hombres vestía el traje de neopreno común a los buzos.

Eso fue todo lo que pudo ver.
Más gente fue aproximándose al lugar y se dio aviso a la Prefectura.
Luego, la embarcación pareció hundirse (aunque en palabras de Marlowe, "simplemente desapareció").

Las horas pasaron y los curiosos se fueron retirando, al igual que nuestro informante y sus acompañantes lo hicieron.
Esperaban ver informes del suceso en el noticiero de la noche y en los diarios del día siguiente.
Pero todo fue atribuído a una "falsa alarma".

Sin embargo, Marlowe es categórico al respecto: "Yo sé muy bien lo que vi".
Con el tiempo, todo se redujo a una anécdota familiar y a un recorte de prensa guardado como curiosidad.
Nuestro informante sitúa el extraño suceso entre los años 1995 y 1997, aunque no puede precisarlo con certeza y, lamentablemente, el recorte del diario no permite saberlo.

Quizás algún lector de este blog pueda aportar algo más sobre este extraño caso.